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La trama de tu novela

En el orden prioritario de cosas que plantear cuando iniciamos una novela, sin lugar a dudas, la trama es de lo más importante. Hay quien prefiere dejar que la trama vaya surgiendo, hay quien la planea con un detallismo extremo. Yo no soy ni de lo primero ni de lo segundo, pues creo que hay partes de la trama que se puntualizan desde un principio y otras que van surgiendo, pero en este consejo voy a daros unas simples pautas a seguir para crear una buena trama.

¿Y cómo abordamos algo tan complejo? Lo primero es tener claro qué es la trama de una historia y sus distintos puntos a tener en cuenta.

Trama

Es el conjunto de los distintos eventos y actos que sigue una narración. En una trama pueden haber infinidad de giros que resumen, en definitiva, de qué va nuestra historia, ya que está compuesta de los objetivos, obstáculos, resoluciones y mensajes que queremos enviar al lector a través de ella. Son el recorrido de nuestros personajes que, como hilos de un telar, se entrelazan con otros creando los nudos que dan forma a la novela entera.

Como ya dije en el consejo anterior sobre la creación de personajes, es muy importante tener claras las definiciones básicas para que luego, en la creación de la trama, no nos hagamos un lío con nuestros propios hilos. No podemos pretender que el lector entienda todo lo que implica la trama que les estamos presentando si, desde un principio, no definimos con exactitud a nuestros personajes y seguimos las pautas con coherencia hacia los objetivos que nos hemos marcado para cada uno de ellos.

Objetivos

Los objetivos que hayamos decidido para nuestros personajes no tienen por qué coincidir con el objetivo planteado para nuestra trama. Es decir; si queremos que el príncipe rescate a la princesa, ese es el objetivo del príncipe. Pero si queremos que nuestra novela ofrezca un mensaje sobre la innecesaria presencia de los príncipes que salven a las princesas, y de cómo la princesa, para cuando el príncipe la rescate, ya se ha rescatado a sí misma y ha matado al dragón que la custodiaba, tendremos que enfocar nuestra trama y los objetivos de nuestros personajes en ese sentido, sobre todo al final de nuestra historia.

Para hacerlo más sencillo, hay que pensar en un inicio en el que cada personaje o hilo argumental vaya por su cuenta, y luego ir cruzándolos y entrelazándolos hasta que emerjan en un final común ya definido. En el ejemplo que acabo de dar, puede que el objetivo del príncipe sea salvar a la princesa y que se encuentre con miles de obstáculos en su camino hasta llegar a ese final para luego encontrarse con que la princesa no necesitaba ayuda. Y puede que, entonces, la princesa se enamore de él igualmente por el simple hecho de haberse tomado las molestias. ¡Hay infinidad de posibilidades para el final de nuestras tramas! Pero todos los hilos argumentales, a no ser que queramos dejar cosas sin resolver en nuestras novelas, tienen que confluir en ese final de trama conjunto que nos marcamos con nuestros objetivos desde el primer momento.

Obstáculos

Normalmente, ese final tiene mucho que ver con los obstáculos que se presenten a través del recorrido para reforzar el mensaje que queremos mandar. Además, los obstáculos nos servirán también para ir encauzando y dándole a nuestra trama la emoción, la intriga y la evolución que debe tener. ¡Pero cuidado! Los obstáculos frenan el avance de nuestros personajes hacia el cumplimiento de sus objetivos, así que hay que manejarlos con cuidado si no queremos tener un problema sin solución. Es raro no poder salir de un problema que tú mism@ has creado, pero siempre hay una primera vez.

Giros y avances

Los giros argumentales nos pueden ayudar, sobre todo, si nos hemos atascado en algún punto de la trama y necesitamos algo nuevo. Por seguir con el ejemplo de la princesa que se auto-salva, imaginemos que le queremos dar un giro argumental de último momento y hacemos que el dragón reviva de sus cenizas. ¡Ya tenemos un nuevo obstáculo que vencer! El objetivo, ante todo, es que la trama avance, eso no lo podemos olvidar. Hay un límite de resurrecciones limitadas para el dragón, por así decirlo, así como de obstáculos, porque de otra manera estaremos estancando la trama una y otra vez hasta el final de los tiempos.

Pueden darse varias tramas a la vez en una misma historia, en la que se entrelacen muchos personajes diferentes que se encuentren ante obstáculos muy diversos pero, ante todo, hay que tener muy presente que la evolución en cada elemento tiene que estar clara para que el lector tenga la sensación de continuidad que necesita.

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